- Clavos de hierro
- Vasos de plástico
-Agua
-Sal
-Aceite
-Cobre
Montaje:
- Numeramos los vasos y los preparamos de la siguiente forma:
- Vaso I: ponemos un clavo
- Vaso II: ponemos un clavo y lo cubrimos hasta la mitad con agua con sal.
- Vaso III: enrollamos con cobre uno de los clavos y lo ponemos en el vaso casi sumergido en agua.
- Vaso IV: ponemos un clavo y lo cubrimos totalmente con aceite.
- Transcurridas 24- 48 horas examinamos el contenido de los vasos.
La corrosión es evidente en el clavo del vaso número dos.
Explicación:
La corrosión del hierro se produce por el agua y el oxígeno del aire, pero también hay otros factores que pueden afectar a la corrosión del hierro.
Veamos cada vaso:
Vaso I: La oxidación del hierro con el oxígeno y el vapor de agua del aire es un proceso lento y por eso no se aprecia corrosión en el clavo.
Vaso II: el agua salada acelera la corrosión. Por eso la corrosión de los metales es frecuente cerca del mar.
Vaso III: el cobre se oxida y “protege” al clavo de la corrosión.
Vaso IV: al sumergir el clavo en aceite se evita el contacto con el agua y no se produce corrosión.
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